miércoles, 23 de marzo de 2011

Seguimiento del método de Kodály


El seguimiento para el método que fue desarrollado en Hungría después de mucha experimentación está expuesto como un “aprovechamiento del desarrollo del niño”, en oposición a “sujeto-lógica”, en donde no hay una relación entre el orden de presentación de la materia, y el orden en el que el niño aprende fácilmente.

Por ejemplo, la mayoría de los profesores esta familiarizado con el sistema “sujeto-lógica”, y para enseñar ritmo empiezan enseñando la redonda, luego las blancas, luego las negras, y así sucesivamente en una progresión matemáticamente razonable, pero de mucha dificultad para el estudiante principiante que ni siquiera a sido enseñado a reconocer el pulso básico. Melódicamente la escala mayor diatónica es considerada la “sujeto-lógica” en el punto de partida para enseñar música. A la mayoría de los niños se les dificulta el cantar la escala mayor diatónica, de acuerdo a las investigaciones a la mayoría de los niños les es más fácil cantar un rango de solo 5 o 6 tonos y no pueden producir medios tonos. Al usar el método “sujeto-lógica” se les esta exigiendo a los niños aprender algo que no existe dentro de sus propias experiencias.

El sistema de Kodály trata de sacar provecho a los patrones musicales que se encuentran dentro de las habilidades del niño en las diferentes etapas de crecimiento. En términos de ritmo, los ritmos movidos están más relacionados a las actividades de la vida diaria de un niño que las figuras de larga duración. Por ejemplo, una corchea puede ser asociada a los pasos al caminar y las semicorcheas al correr, estos son los ritmos que los niños viven día con día. El cantar juegos hechos de corcheas y semicorcheas es más razonable para enseñar que empezando por la redonda; y en términos de melodía el primer intervalo reconocible por los niños es la tercera menor, seguidamente segundas mayores y cuartas justas.

Es interesante el descubrir que estos patrones melódicos son utilizados por los niños de todo el mundo. Estos cantos compuestos por dos o tres notas pueden ser encontrados desde Hungría hasta Japón y Costa Rica. El orden de estas notas puede variar, pero la segunda mayor, la tercera menor y la cuarta justa parecen ser parte de un vocabulario musical universal infantil. También hay que tomar en cuenta otras consideraciones:
  • El registro en el cual un niño puede cantar confortablemente es limitado, generalmente se limita a no más de cinco o seis notas. 
  • Los tonos descendentes son más fáciles de aprender y reproducir por los niños que los tonos ascendentes. 
  • Cantar pequeños saltos en la tonalidad es más fácil para los niños (de sol a mi) que cantar medios tonos (sol a fa#).
Reconociendo estos factores, Kodály siente que la escala pentatónica (cinco tonos) era la ideal para empezar a enseñar música a los niños. Esta escala es una de las más usadas en la música folclórica húngara y en la mayor parte del mundo.

Inicios del método de Koály en Hungría


Entre los métodos pedagógicos de la Educación Musical, podemos afirmar que el método Kodály es uno de los más completos, ya que abarca la educación vocal e instrumental desde sus orígenes hasta sus niveles más altos en el campo profesional. Por otra parte tiene una sólida estructura y una acertada secuenciación pedagógica basada en criterios científicos que tienen en cuenta el desarrollo psico-evolutivo del alumnado. Zoltan Kodály demostró tal interés por la pedagogía musical que decidió dejar a un lado su faceta de compositor y director de orquesta para dedicar gran parte de su vida a la recopilación de un amplísimo repertorio de música popular y folclórica (se habla de ciento cincuenta mil canciones), para utilizar en su metodología. El mismo nos dice: 
Me parece que no me arrepentiré nunca del tiempo que no dediqué a escribir composiciones de gran formato. Creo que haciendo así he realizado un trabajo útil para el colectivo, tan útil como si hubiera escrito otras composiciones sinfónicas
 Durante este período de recopilación contó con la colaboración de Béla BártoK. “la música tradicional está viva, de alto nivel y es una fuente interminable de arte”. Béla BártoK la considera con el mismo valor estético que las fugas de Bach o las sonatas de Beethoven..." (Z. Kodály). Una de las intuiciones más geniales de Z. Kodály fue el comprender como el patrimonio de la música popular tiene un importante papel en el aprendizaje de la música en los niños, que no teniendo todavía el oído contaminado de "basura musical", aprenden música con temas y fragmentos sonoros, escuchados desde el momento de su nacimiento, que son cantados o tocados por sus padres o por las personas de su entorno. La Hungría de las primeras décadas de nuestro siglo, no conocía otra música que la popular o la culta debido a que las relaciones con otros pueblos y culturas, sobre todo de Europa occidental, eran prácticamente inexistentes. A esto se debe el éxito de su metodología que se desarrolló utilizando miles de temas populares totalmente genuinos, sin influencia alguna. La característica fundamental de la actividad pedagógica de Z. Kodály está basada en su afirmación " ¡Que la música pertenezca a todo el mundo!".

Llegados a este punto nos planteamos cuáles fueron sus criterios pedagógicos para fundamentar su teoría. Sabemos que el niño/a habla antes de escribir y desde la experiencia adquirida obtiene las reglas y nociones del lenguaje. Z. Kodály dice:
El objetivo o meta de la música no es llegar a ser juzgada sino convertirse en nuestra sustancia, hay mucho analfabetismo musical incluso entre los niveles cultos de nuestra sociedad. Es inútil tratar de obviar esta situación divulgando la música sinfónica de buena calidad. Aquellos que no están acostumbrados a escucharla comprenderán poco y no podrán acercarse a ella a través de la lectura formal en partitura
Esta afirmación, que es de principios de nuestro siglo, parece que no ha llegado a la mayoría de nuestros profesores, que todavía no se han decidido a utilizar criterios metodológicos y pedagógicos para la enseñanza de la música. No olvidemos que no podemos basar nuestro bagaje cultural en las nociones musicales aprendidas en nuestra formación inicial, que suele ser escasa y en la "experiencia" acumulada a lo largo de los años de docencia. Sabemos que la experiencia sirve para detectar errores, no para corregirlos. Sería como si intentásemos enseñar la pronunciación de vocales y consonantes a diferentes velocidades, durante años, sin aprender nunca ni una sola palabra; o aprender la pronunciación de un idioma extranjero sin comprender el significado y pretender que esta persona pueda obtener una cultura literaria o de otro género.

Con la misma lógica no podemos pretender adquirir y comprender el significado de la música estudiando solfeo tradicional o tocando mecánicamente un instrumento. ¿A qué se refiere Z. Kodály cuando dice "saber leer la música"?. Sin duda ninguna no se refiere a la lectura tradicional de sonidos, uno tras otro, sin comprender su significado ni el nexo de unión entre los mismos. Por tanto la música no debe ser un sonido sino un conjunto de relaciones sonoras que deben resultar como un pensamiento sonoro que, como cada pensamiento, encuentra su primera expresión en la voz, es decir, en el canto. La voz es el primer y más versátil instrumento musical que demasiadas veces relegamos a un segundo plano, para dejar espacio a pequeños instrumentos musicales de diferente tipología esto puede ser debido a que la mayoría del profesorado de educación musical no conoce la fisiología vocal y ante problemas de desafinación prefiere dedicarse a otra actividad que le resulte más conocida.

¿Cómo solucionamos el problema de los desafinados? En primer lugar debemos aclarar que la definición más común clasifica al desafinado como aquella persona que no es capaz de reproducir con la voz un fragmento escuchado con anterioridad. Sin embargo hay que distinguir entre el desentonado y el desafinado. El primero sabe reproducir el movimiento de los intervalos más o menos correctamente en una tonalidad diferente a la escuchada, mientras que el desafinado produce sonidos totalmente diferentes a los escuchados, sin respetar la secuencia interválica. La mayoría de las personas que clasificamos normalmente como desafinados, en realidad pertenecen a la categoría de desentonados, ya que son personas que no han tenido la posibilidad de desarrollar su oído musical ya sea por un analfabetismo musical familiar, por la imposibilidad de relacionarse con el mundo de la música en su sentido más pedagógico, o por un "adiestramiento" musical erróneo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Biografía de Kodàly



La música es una parte indispensable de la cultura humana universal. Aquellos que no poseen conocimientos musicales tienen un desarrollo intelectual imperfecto. Sin música no existe hombre completo e integral.
De todas las figuras que contribuyeron al desarrollo de la pedagogía musical durante el siglo XX, Kodály es tal vez una de las más significativas y más recordadas en el mundo. Polifacético e incansable en su labor, no contribuyó solamente a sentar las bases de una de las escuelas más efectivas y profundas de la educación musical, sino que además colaboró en la construcción de una identidad, plena de riqueza y personalidad: la construcción de la música húngara, en su trabajo sostenido e incesante labor de etnomusicólogo, recopilador, docente, crítico musical y compositor.

Zoltán Kodály nace en Kecskemét, Hungría, el 16 de diciembre de 1882, hijo de Fryges Kodály ,un oficial ferroviario y melómano, y de Paulina Jaloveczky. Por el trabajo de su padre, los Kodály se ven obligados a trasladarse varias veces de ciudad. Desde 1884 hasta 1891, vivieron en Galánta, donde muestra sus primeras inclinaciones hacia los estudios literarios (localidad a la que luego dedicará muchas de sus Danzas de Galánta, basadas en las impresiones musicales de las bandas folclóricas de esa villa).

Cuando Zoltán tenía 10 años se mudaron a la localidad de Nagyzombat (hoy Trnava, Eslovaquia), donde estudió violín y piano y cantó en el coro de la catedral, aficionándose a la exploración de los archivos de la biblioteca de esta iglesia, especialmente la música. Aprendió por sí mismo a tocar el chelo con la idea fija de algún día participar interpretando algunas piezas en el cuarteto doméstico que su padre poseía y que ensayaba por las tardes. Esto lo hizo sin una ayuda formal. Para entonces Zoltán estaba componiendo. En 1897 (con 5 años), la orquesta de la escuela interpretaba una obertura suya, a la que siguió una misa para coro y orquesta, un año más tarde.

Al mudarse la familia a Budapest, ingresa en la Universidad para estudiar Filosofía, Filología, Literatura húngara y alemana, 1898 y luego, en 1900, estudia en la Universidad de Lenguas Modernas, pero aquí comenzó a tener más fuerza la vocación de la música, así que ingresó en la Academia de Música Franz Lizt, obteniendo un diploma en composición. Obtuvo también un doctorado en letras en 1906 con su tesis La estructura estrófica de los cantos folclóricos húngaros. Desde esta época se convirtió en un compositor muy prolífico, al mismo tiempo que comenzaba sus investigaciones de campo recopilando más de 100.000 cantos del folclore de la campiña húngara. Cabe decir que fue en 1900, en la academia, cuando conoce al que fuera su gran amigo y compañero de estudios, Bela Bartok, con quien compartió durante años una monumental tarea de investigación sistemática, recopilación y planes de educación, además de una estrecha amistad y los innegables laureles de haber dado inicio a la "nueva música húngara". 


La labor de ambos es hoy una de las más grandes tareas de la etnomusicología mundial y es reconocida en todos los ámbitos de la música académica: en los años de investigación, llegaron a recopilar más de 100.000 melodías. El fruto de estos años de trabajo se encuentra hoy documentado en el Corpus Musicae PopularisHungaricae de 1951, una síntesis del eje paradigmático de sus investigaciones y métodos de enseñanza. Entre 1900 y 1904, Kodály perfecciona sus conocimientos de francés, inglés y alemán.

Posteriormente continúa su formación musical en la Academia Franz Liszt, en Budapest, paralela a su formación en la Academia de Ciencias (siguiendo los deseos de su familia), de la que fue miembro honorario años más tarde.
En la Academia de Música se educa bajo la tutela de Hans Koessler (1853-1926), también maestro de Ernst Dohnanyi (1877-1960), aprendiendo piano y otros instrumentos de cuerda (en especial cello).
Luego de obtener un doctorado en filosofía y lingüística, Kodály se fue a Berlín y a París, manifestando una gran admiración por la estética de Brahms y Debussy, pero pronto su estilo se fue impregnando de una musicalidad típica de la zona, con sus formas, ritmos y melodías tan característicos. 

Esta búsqueda de identidad se manifiesta no motivada por un nacionalismo vacío heredado de los últimos preceptos del romanticismo, sino por la hasta entonces preponderante indefinición estilística y por la colonización cultural sufrida bajo el dominio imperial de Austria, donde en ciertas etapas llegó a prohibirse el uso cotidiano del propio idioma húngaro. Finalizados sus estudios, y tras doctorarse en letras, es cuando Kodály parte en un viaje de investigación, con la intención de recopilar y clasificar para su tesis un sin número de melodías populares.

Luego de estos viajes de estudio, el carácter de las obras de Kodály se hace cada vez más personal, más intenso y de mayor  identidad nacional, abarcando los géneros vocal e instrumental, aún bajo los esquemas del sistema tonal, pero sosteniendo la fortaleza de un idioma nuevo y de una incalificable belleza.

A partir de los resultados de sus años de investigación y con algunos cargos docentes en la Academia de Budapest, (profesor de teoría, luego de composición), Kodály ofreció junto a Bartók numerosos conciertos y a la vez que proseguía con sus composiciones, gestaba también su magno proyecto educativo.

Acaso uno de sus aportes más significativos al mundo de la música nació de este mesiánico proyecto educativo, erradicar el analfabetismo musical en HungríaEmma Sandor. Esta nació el 17 de Marzo de 1863 en Baja. Era hija de una familia húngara acomodada. Desde muy temprana edad dio señas de poseer dotes musicales y una capacidad intelectual fuera de lo común. Su formación en música y letras transcurrió entre Londres, París y Berlínducación. Estuvo casada con Henry Gruber, de quién se separaría para luego contraer matrimonio con Zoltán Kodály, el 3 de Agosto de 1910. Fue ella la musa del grupo de intelectuales nacionalistas formado por Kodály, Bartok y Donanyi. A Emma le dedica Bartok el primero de sus Dos Retratos, escritos para violín solista, en agradecimiento por su apoyo.

Al finalizar la 1ª Guerra Mundial, Kodály decide dedicarse momentáneamente a la crítica y tanto Bartok como Donanyi pasan a trabajar como asesores musicales del gobierno. Más tarde, con la caída del gobierno de Bela Kun, Kodály comienza a tener serios problemas, tanto personales como por la producción de sus obras musicales, los que continuarán agravándose en 1920, con el Comité de Estudios Musicales, el cuál decidió no avalar sus trabajos por asuntos políticos. Más tarde, estos inconvenientes se fueron subsanando y en 1923 se estrena Psalmus Hungáricus, por celebrarse el cincuentenario de la unión de Buda y Pest. Supuso la consagración total como compositor.

De sus mejores obras se recuerdan particularmente la ópera Háry János de 1926, las Danzas de Galanta para orquesta de 1933,
Psalmus Hungáricus (para tenor, coro y orquesta, la obra que lo consagrara fama mundial), las Variaciones del pavo Real, la Missa Brevis de 1945 y el Te Deum Budavari, sin contar su recopilación de miles de canciones, y sus incontables composiciones para coro. Muchas de estas obras fueron dirigidas por Toscanini, Mengelberg, Ansermet y Furtwängler; y él asimismo supo dirigir también en Inglaterra y Holanda, al tiempo que las grandes orquestas incluyeron en sus programaciones las obras de Kodály.

En el plano creativo Kodály continuó una carrera en la década de los años treinta con  el Concierto para Orquesta. Finalmente, en 1942, se le reconoció una mayor trascendencia en las instituciones artísticas húngaras y su estilo basado en el folclore se convirtió en un modelo para los compositores más jóvenes. En los años de la guerra siguió trabajando, ayudando a mucha gente durante las persecuciones nazis, y junto a su esposa tuvo a su vez que refugiarse en un convento de Budapest, donde completó su Missa Brevis.

Terminada la guerra, y habiendo decidido no exiliarse, Kodály comenzó a disfrutar de un trato especial por parte del gobierno, permitiéndosele viajar alrededor de Europa y Norteamérica, y se reincorpora a su labor artística y educativa. Por dicha labor logra honores y premios en el extranjero, no sólo como director y compositor, sino además como musicólogo y educador. 1942 es declarado el “Año Kodály” en Hungría como agradecimiento al compositor por su trabajo. 

En su carrera profesional ocupó diversas responsabilidades y recibido distinciones, así en 1945 es miembro de la Academia Húngara de Ciencias, Presidente de la Comisión de Musicología al igual que del Consejo Internacional de Música folklórica en 1951, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Oxford, en 1960, de la de Berlín en 1964, y de la Toronto, en 1966. En 1963 es nombrado Miembro honorario de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos. Hasta su muerte Kodály continuó activo y creador, y su música nunca decayó, siendo ejemplos de ello el Himno de Zrinyi de 1954 y la Sinfonía de 1961.

Hacia 1925 comienza su gran cruzada musical y pedagógica dedicada a la enseñanza de los niños y para convencer a otros autores de que es necesario dedicarse a investigar este difícil y comprometido campo. Kodály dirigió sus ideas hacia la necesidad de lograr el equilibrio entre el aprendizaje del solfeo y del instrumento, así como afincarse en la improvisación, la transcripción tanto vocal como instrumental, así como en los recursos para profundizar el estudio de los elementos teóricos y de formación auditiva. Consideraba, al  igual que otros de sus contemporáneos, que la música era una herramienta de fortaleza de una nación, y una fuente de riqueza espiritual. 


En 1947 desarrolló el llamado "plan de los 100 años", destinado a la formación de una identidad cultural en la educación general y también especialmente a una formación coherente para los artistas y profesionales de la música y el arte. El futuro de una identidad musical consolidada, se basa siempre en una educación sistemática y sostenida desde los niveles iniciales. Su sistema basado en los pilares de la voz humana y el folclore musical, alimentados por otros conceptos más específicos como el sistema del "do móvil" (o "solfeo relativo"), hicieron de su pedagogía una rica fuente de conocimientos artísticos para miles de niños y niñas y hombres y mujeres en todo el mundo.

En 1954, Emma sufre un accidente que la deja en cama y Zoltán suspende todos sus compromisos para estar con ella en el hospital y en su posterior rehabilitación. Aprovecha esta época para componer más música vocal, dedicándose principalmente a este renglón las últimas décadas de su vida. Después de 49 años de matrimonio, el 22 de noviembre de 1958, muere Emma Sandor a los 95 años de edad, luego de toda una vida dedicada a la música y a apoyar a Zoltán en sus arduas empresas. El 18 de Diciembre de 1959, Zoltán Kodály se casa con una muy joven soprano y pianista, Sarolta Peczely, de 19 años.

Los últimos años del Maestro no fueron poco fértiles. En 1954 comenzó a dirigir el recientemente fundado Instituto de Investigaciones de la Música Folclórica de la Academia de Ciencias; luego fue subdirector de la Academia Húngara de Música, y a estos nombramientos se fueron sumando los cargos de Doctor Honoris Causa en numerosas universidades del mundo, más el cargo de Presidencia de la Comisión de Musicología. Recorre los escenarios, pronuncia discursos, visita instituciones, asiste a conciertos, en un interminable ajetreo, siempre acompañado de su joven esposa, Sarolta. A los 87 años de edad, y ya disfrutando de los frutos de su inagotable afán por la pedagogía y por la enseñanza de la música al mundo no sólo húngaro, Zoltán Kodály muere en Budapest, el 6 de marzo de 1967, de una crisis cardíaca.

sábado, 19 de marzo de 2011

¡Qué la música pertenezca a todo el mundo!


El pensamiento pedagógico de Kodály y nuestra realidad como maestros de música

Resumen:

  • La música es esencial en cualquier educación completa
  • La música debe estar como parte fundamental en el currículum al mismo nivel que se hallan las matemáticas o la gramática.
  • La literatura musical es universalmente una posibilidad lingüística, y su introducción en el aprendizaje debe ser obligatoria en las escuelas
  • Los instrumentos no son necesarios para el aprendizaje musical de un niño, por el contrario, son contraproducentes, el mejor instrumento para un niño es su propia voz, sin acompañamiento; es la más accesible, lo que hace que la educación musical pública sea posible.
  • La enseñanza musical debe de comenzar lo antes posible (“nueve meses antes de nacer”)
  • La calidad de la música con la que se enseña, es de vital importancia. Por ello sólo la verdadera música folclórica y la música artística son lo suficientemente buenas para los niños. 




Entre los métodos pedagógicos de la Educación Musical, podemos afirmar que el método Kodály es uno de los más completos, ya que abarca la educación vocal e instrumental desde sus orígenes hasta sus niveles más altos en el campo profesional. Por otra parte tiene una sólida estructura y una acertada secuenciación pedagógica basada en criterios científicos que tienen en cuenta el desarrollo psico-evolutivo del alumnado.

Zoltan Kodály (Kecskemet 1882 - Budapest 1967 ) músico y compositor húngaro de gran nivel, demostró tal interés por la pedagogía musical que decidió dejar a un lado su faceta de compositor y director de orquesta para dedicar gran parte de su vida a la recopilación de un amplísimo repertorio de música popular y folclórica (se habla de ciento cincuenta mil canciones) , para utilizar en su metodología: 

Me parece que no me arrepentiré nunca del tiempo que no dediqué a escribir composiciones de gran formato. Creo que haciendo así he realizado un trabajo útil para el colectivo, tan útil como si hubiera escrito otras composiciones sinfónicas.

Durante este período de recopilación contó con la colaboración de Béla Bártok:

La música tradicional está viva, de alto nivel y es una fuente interminable de arte. Béla Bártok la considera con el mismo valor estético que las fugas de Bach o las sonatas de Beethoven...

Una de las intuiciones más geniales de Z. Kodály fue el comprender como el patrimonio de la música popular tiene un importante papel en el aprendizaje de la música en los niños, que no teniendo todavía el oído contaminado de "basura musical", aprenden música con temas y fragmentos sonoros, escuchados desde el momento de su nacimiento, que son cantados o tocados por sus padres o por las personas de su entorno.

La Hungría de las primeras décadas de nuestro siglo, no conocía otra música que la popular o la culta debido a que las relaciones con otros pueblos y culturas, sobre todo de Europa occidental, eran prácticamente inexistentes. A esto de debe el éxito de su metodología que se desarrolló utilizando miles de temas populares totalmente genuinos, sin influencia alguna. La característica fundamental de la actividad pedagógica de Z. Kodály está basada en su afirmación: "¡Que la música pertenezca a todo el mundo!". Llegados a este punto nos planteamos cuáles fueron sus criterios pedagógicos para fundamentar su teoría. Sabemos que el niño habla antes de escribir y desde la experiencia adquirida obtiene las reglas y nociones del lenguaje:
  
El objetivo o meta de la música no es llegar a ser juzgada sino convertirse en nuestra sustancia, hay mucho analfabetismo musical incluso entre los niveles cultos de nuestra sociedad. Es inútil tratar de obviar esta situación divulgando la música sinfónica de buena calidad. Aquellos que no están acostumbrados a escucharla comprenderán poco y no podrán acercarse a ella a través de la lectura formal en partitura.

Esta afirmación, que es de principios de nuestro siglo, parece que no ha llegado a la mayoría de nuestros profesores, que todavía no se han decidido a utilizar criterios metodológicos y pedagógicos para la enseñanza de la música. No olvidemos que no podemos basar nuestro bagaje cultural en las nociones musicales aprendidas en nuestra formación inicial, que suele ser escasa y en la "experiencia" acumulada a lo largo de los años de docencia. Sabemos que la experiencia sirve para detectar errores, no para corregirlos. Sería como si intentásemos enseñar la pronunciación de vocales y consonantes a diferentes velocidades, durante años, sin aprender nunca ni una sola palabra; o aprender la pronunciación de un idioma extranjero sin comprender el significado y pretender que esta persona pueda obtener una cultura literaria o de otro género. Con la misma lógica no podemos pretender adquirir y comprender el significado de la música estudiando solfeo tradicional o tocando mecánicamente un instrumento.

¿A qué se refiere Z. Kodály cuando dice "saber leer la música"?. Sin duda ninguna no se refiere a la lectura tradicional de sonidos, uno tras otro, sin comprender su significado ni el nexo de unión entre los mismos. Por tanto la música no debe ser un sonido sino un conjunto de relaciones sonoras que deben resultar como un pensamiento sonoro que, como cada pensamiento, encuentra su primera expresión en la voz, es decir, en el canto. La voz es el primer y más versátil instrumento musical que demasiadas veces relegamos a un segundo plano, para dejar espacio a pequeños instrumentos musicales de diferente tipología esto puede ser debido a que la mayoría del profesorado de educación musical no conoce la fisiología vocal y ante problemas de afinación prefiere dedicarse a otra actividad que le resulte más conocida.


Criterios pedagógicos del método de Kodàly

"Mejorar los cursos de enseñanza musical que se imparten en las Escuelas de Magisterio"

Conservatorios, pretendiendo enseñar a alumnos que en la mayoría de los casos no tienen ninguna formación musical, y disponiendo de unos pocos créditos a impartir durante dos cursos académicos. El resultado es que al final se envían a las escuelas de Educación Primaria maestros de música que prácticamente son analfabetos, musicalmente hablando. Nuestra tarea es la de tenerel suficiente nivel musical como  futuros maestros de educación musical, utilizando una metodología adecuada que nos permita transmitir directamente la formación musical recibida en esta disciplina a sus alumnos sin pasar por nociones teóricas o el árido solfeo tradicional. Con el método Kodály no es imprescindible tener un conocimiento musical completo antes de empezar a aplicarlo a la docencia, ya que nos permite enseñar cada apartado en el que nosotros hayamos alcanzado un nivel de conocimiento y ejercitación adecuado sin romper la coherencia del método.

"Es necesario evitar que los niños se acostumbren de pequeños a la música de baja calidad ya que después sería demasiado tarde"

En la época actual, esta es quizás una de las tareas más difíciles debido a la contaminación que el niño recibe desde su nacimiento a través de los medios de comunicación, discos,... ¿Cómo podemos competir con tantos medios repletos de mala música? Uno de los criterios más experimentados consiste en no despreciar claramente ante los niños todo lo que no sea música culta o popular, ya que esto sólo consigue que nuestros alumnos pierdan la confianza en nosotros pensando que no entendemos su realidad y al mismo tiempo a sus ojos pierde fiabilidad la cultura musical que pretendemos que adquieran. 
Viven "su música" como algo bonito, moderno, y socialmente integrante, mientras que normalmente consideran aburrida, pesada y "pasada de moda" la que podemos proponerles nosotros. Fragmentos de música Rock, New Age, Heavy metal, Rap..., bandas sonoras de películas y dibujos animados conocidos por ellos, se convertirán en excelentes aliados para comenzar una educación musical que lentamente iremos dirigiendo hacia otro tipo de música más difícil de comprender. Esto implica necesariamente una actualización constante del profesorado y un conocimiento de las tendencias musicales del momento, para que el docente se acostumbre a realizar una crítica constructiva que le permita comprender los fenómenos musicales del mundo moderno e intentar sacar el mayor rendimiento de los mismos para sus clases de educación musical.

"La música es una experiencia que la escuela debe proporcionar"

Desgraciadamente la triste realidad no favorece la consecución de este objetivo. El tiempo que se dedica a desarrollar el currículo de educación musical en la Educación Primaria es totalmente ridículo teniendo en cuenta las metas que se pretenden alcanzar. Sabemos que el aprendizaje de la música en toda su esencia es una de las materias más amplias que implica gran número de horas de práctica que no podemos dedicarle dentro del recinto escolar. Para solucionar este grave problema debemos transmitir a nuestros alumnos el entusiasmo por la música, tratando con todos los medios pedagógicos a nuestro alcance, que continúen la experiencia musical más allá del horario escolar. La creación de pequeños coros escolares, la grabación de temas populares de tradición oral, la creación de bancos de sonidos para su posterior utilización en la creación de bandas sonoras... harán que nuestros alumnos vivan la música como una experiencia gozosa y no como una asignatura estéril.

El canto diario es muy importante. El placer que se deriva del esfuerzo de conseguir una buena música colectiva proporciona personas disciplinadas y nobles de carácter; su valor, en este aspecto, es incalculable. 

Todos conocemos el poder de unión e integración que tiene el canto, sobre todo el canto colectivo. La disciplina necesaria, la formación musical que conlleva y la responsabilidad que tiene cada cantor permite que la música sea un vehículo de educación cívica y social. La preparación técnica necesaria y la elección del repertorio son, seguramente, los puntos que ofrecen mayor dificultad al maestro de educación musical. Por esto es imprescindible que un profesor de educación musical conozca al menos los rudimentos de fisiología, patología y técnica vocal, ya que sin ellos no podrá enseñar correctamente el canto. No podemos convertirnos en instructores y directores de coro sin conocer las técnicas y la problemática que conlleva.
En la vida de un niño la experiencia musical decisiva aparece entre los seis y los dieciséis años. Durante esta época de crecimiento  es más receptivo y cuando muestra mayor talento.

Todos los pedagogos están de acuerdo con esta afirmación, aunque debemos tener en cuenta que este desarrollo se verá potenciado si se ofrecen actividades lúdicas y material sonoro a los alumnos de Educación Infantil. En Hungría, en las escuelas infantiles especializadas con el método Kodály, los niños terminan con un patrimonio vocal de unas cuatrocientas canciones, retahílas, y juegos musicales aprendidos. Es evidente que esto permitirá al maestro de Educación Primaria iniciar su labor docente con un inmenso material sonoro ya preparado. 

Nuestra realidad es muy diferente. Los niños cuando acceden a la Educación Primaria no suelen tener ningún tipo de formación musical. Actualmente, en la mayoría de los casos, al maestro de la especialidad de Educación Infantil se le da una formación mínima de educación musical, totalmente insignificante en relación a la importante labor que debería desarrollar. Con respecto a los maestros de educación Primaria ya hemos reflejado anteriormente que la formación nos parecía bastante escasa, pero es a todas luces insuficiente cuando se encuentran habilitados por algunos cursos de especialización que realiza el MEC en convenio con la Universidad si estos no comienzan a realizarse de una forma totalmente rigurosa. Y por último el profesorado que imparte Música en la Educación Secundaria cuya formación inicial es muy variada (Conservatorio, Musicología...) normalmente carece de una formación pedagógica y didáctica, este profesorado no ha realizado demasiados cursos de formación ya que no los necesitaba para impartir "Historia de la Música", que es a lo que se reducía la Educación Musical en esta etapa. Todavía gran parte de este profesorado es reacio al cambio y sigue con la misma práctica docente mantenida hasta ahora, asumiendo como mucho el bloque de Audiciones y el de Música en el Tiempo, con un tratamiento didáctico que nada tiene que ver con los objetivos. 
Ante la realidad que acabamos de exponer, resultaría pura retórica hablar de resolver el problemas con la coordinación entre los docentes de las diversas etapas de Educación Musical y concienciar a los maestros del trabajo necesario para transformar esta realidad. Actualizarse con cursos de formación de calidad, informarse sobre las nuevas metodologías, participar en congresos, mesas redondas, simposium nacionales e internacionales... debería ser obligación moral de cada uno y no limitarse a la participación en cursos, que tantas veces ofrecen un pésimo nivel pedagógico, simplemente para acumular créditos. 

Para concluir pensamos que sería positivo que, para acceder a la especialidad de Maestro especialista en Educación Musical en las Escuelas Universitarias, se exigiera una formación musical básica y al mismo tiempo que la especialidad contara al menos con cuatros años para la formación de los futuros docentes, ya que la mayoría de ellos cuando finalizan la especialidad tienen la sensación de no haber aprendido lo suficiente para poder ofrecer una educación musical de calidad Si bien es cierto que podemos considerar positivo el haber conseguido crear la inquietud y necesidad de continuar con su formación.