sábado, 19 de marzo de 2011

¡Qué la música pertenezca a todo el mundo!


El pensamiento pedagógico de Kodály y nuestra realidad como maestros de música

Resumen:

  • La música es esencial en cualquier educación completa
  • La música debe estar como parte fundamental en el currículum al mismo nivel que se hallan las matemáticas o la gramática.
  • La literatura musical es universalmente una posibilidad lingüística, y su introducción en el aprendizaje debe ser obligatoria en las escuelas
  • Los instrumentos no son necesarios para el aprendizaje musical de un niño, por el contrario, son contraproducentes, el mejor instrumento para un niño es su propia voz, sin acompañamiento; es la más accesible, lo que hace que la educación musical pública sea posible.
  • La enseñanza musical debe de comenzar lo antes posible (“nueve meses antes de nacer”)
  • La calidad de la música con la que se enseña, es de vital importancia. Por ello sólo la verdadera música folclórica y la música artística son lo suficientemente buenas para los niños. 




Entre los métodos pedagógicos de la Educación Musical, podemos afirmar que el método Kodály es uno de los más completos, ya que abarca la educación vocal e instrumental desde sus orígenes hasta sus niveles más altos en el campo profesional. Por otra parte tiene una sólida estructura y una acertada secuenciación pedagógica basada en criterios científicos que tienen en cuenta el desarrollo psico-evolutivo del alumnado.

Zoltan Kodály (Kecskemet 1882 - Budapest 1967 ) músico y compositor húngaro de gran nivel, demostró tal interés por la pedagogía musical que decidió dejar a un lado su faceta de compositor y director de orquesta para dedicar gran parte de su vida a la recopilación de un amplísimo repertorio de música popular y folclórica (se habla de ciento cincuenta mil canciones) , para utilizar en su metodología: 

Me parece que no me arrepentiré nunca del tiempo que no dediqué a escribir composiciones de gran formato. Creo que haciendo así he realizado un trabajo útil para el colectivo, tan útil como si hubiera escrito otras composiciones sinfónicas.

Durante este período de recopilación contó con la colaboración de Béla Bártok:

La música tradicional está viva, de alto nivel y es una fuente interminable de arte. Béla Bártok la considera con el mismo valor estético que las fugas de Bach o las sonatas de Beethoven...

Una de las intuiciones más geniales de Z. Kodály fue el comprender como el patrimonio de la música popular tiene un importante papel en el aprendizaje de la música en los niños, que no teniendo todavía el oído contaminado de "basura musical", aprenden música con temas y fragmentos sonoros, escuchados desde el momento de su nacimiento, que son cantados o tocados por sus padres o por las personas de su entorno.

La Hungría de las primeras décadas de nuestro siglo, no conocía otra música que la popular o la culta debido a que las relaciones con otros pueblos y culturas, sobre todo de Europa occidental, eran prácticamente inexistentes. A esto de debe el éxito de su metodología que se desarrolló utilizando miles de temas populares totalmente genuinos, sin influencia alguna. La característica fundamental de la actividad pedagógica de Z. Kodály está basada en su afirmación: "¡Que la música pertenezca a todo el mundo!". Llegados a este punto nos planteamos cuáles fueron sus criterios pedagógicos para fundamentar su teoría. Sabemos que el niño habla antes de escribir y desde la experiencia adquirida obtiene las reglas y nociones del lenguaje:
  
El objetivo o meta de la música no es llegar a ser juzgada sino convertirse en nuestra sustancia, hay mucho analfabetismo musical incluso entre los niveles cultos de nuestra sociedad. Es inútil tratar de obviar esta situación divulgando la música sinfónica de buena calidad. Aquellos que no están acostumbrados a escucharla comprenderán poco y no podrán acercarse a ella a través de la lectura formal en partitura.

Esta afirmación, que es de principios de nuestro siglo, parece que no ha llegado a la mayoría de nuestros profesores, que todavía no se han decidido a utilizar criterios metodológicos y pedagógicos para la enseñanza de la música. No olvidemos que no podemos basar nuestro bagaje cultural en las nociones musicales aprendidas en nuestra formación inicial, que suele ser escasa y en la "experiencia" acumulada a lo largo de los años de docencia. Sabemos que la experiencia sirve para detectar errores, no para corregirlos. Sería como si intentásemos enseñar la pronunciación de vocales y consonantes a diferentes velocidades, durante años, sin aprender nunca ni una sola palabra; o aprender la pronunciación de un idioma extranjero sin comprender el significado y pretender que esta persona pueda obtener una cultura literaria o de otro género. Con la misma lógica no podemos pretender adquirir y comprender el significado de la música estudiando solfeo tradicional o tocando mecánicamente un instrumento.

¿A qué se refiere Z. Kodály cuando dice "saber leer la música"?. Sin duda ninguna no se refiere a la lectura tradicional de sonidos, uno tras otro, sin comprender su significado ni el nexo de unión entre los mismos. Por tanto la música no debe ser un sonido sino un conjunto de relaciones sonoras que deben resultar como un pensamiento sonoro que, como cada pensamiento, encuentra su primera expresión en la voz, es decir, en el canto. La voz es el primer y más versátil instrumento musical que demasiadas veces relegamos a un segundo plano, para dejar espacio a pequeños instrumentos musicales de diferente tipología esto puede ser debido a que la mayoría del profesorado de educación musical no conoce la fisiología vocal y ante problemas de afinación prefiere dedicarse a otra actividad que le resulte más conocida.


Criterios pedagógicos del método de Kodàly

"Mejorar los cursos de enseñanza musical que se imparten en las Escuelas de Magisterio"

Conservatorios, pretendiendo enseñar a alumnos que en la mayoría de los casos no tienen ninguna formación musical, y disponiendo de unos pocos créditos a impartir durante dos cursos académicos. El resultado es que al final se envían a las escuelas de Educación Primaria maestros de música que prácticamente son analfabetos, musicalmente hablando. Nuestra tarea es la de tenerel suficiente nivel musical como  futuros maestros de educación musical, utilizando una metodología adecuada que nos permita transmitir directamente la formación musical recibida en esta disciplina a sus alumnos sin pasar por nociones teóricas o el árido solfeo tradicional. Con el método Kodály no es imprescindible tener un conocimiento musical completo antes de empezar a aplicarlo a la docencia, ya que nos permite enseñar cada apartado en el que nosotros hayamos alcanzado un nivel de conocimiento y ejercitación adecuado sin romper la coherencia del método.

"Es necesario evitar que los niños se acostumbren de pequeños a la música de baja calidad ya que después sería demasiado tarde"

En la época actual, esta es quizás una de las tareas más difíciles debido a la contaminación que el niño recibe desde su nacimiento a través de los medios de comunicación, discos,... ¿Cómo podemos competir con tantos medios repletos de mala música? Uno de los criterios más experimentados consiste en no despreciar claramente ante los niños todo lo que no sea música culta o popular, ya que esto sólo consigue que nuestros alumnos pierdan la confianza en nosotros pensando que no entendemos su realidad y al mismo tiempo a sus ojos pierde fiabilidad la cultura musical que pretendemos que adquieran. 
Viven "su música" como algo bonito, moderno, y socialmente integrante, mientras que normalmente consideran aburrida, pesada y "pasada de moda" la que podemos proponerles nosotros. Fragmentos de música Rock, New Age, Heavy metal, Rap..., bandas sonoras de películas y dibujos animados conocidos por ellos, se convertirán en excelentes aliados para comenzar una educación musical que lentamente iremos dirigiendo hacia otro tipo de música más difícil de comprender. Esto implica necesariamente una actualización constante del profesorado y un conocimiento de las tendencias musicales del momento, para que el docente se acostumbre a realizar una crítica constructiva que le permita comprender los fenómenos musicales del mundo moderno e intentar sacar el mayor rendimiento de los mismos para sus clases de educación musical.

"La música es una experiencia que la escuela debe proporcionar"

Desgraciadamente la triste realidad no favorece la consecución de este objetivo. El tiempo que se dedica a desarrollar el currículo de educación musical en la Educación Primaria es totalmente ridículo teniendo en cuenta las metas que se pretenden alcanzar. Sabemos que el aprendizaje de la música en toda su esencia es una de las materias más amplias que implica gran número de horas de práctica que no podemos dedicarle dentro del recinto escolar. Para solucionar este grave problema debemos transmitir a nuestros alumnos el entusiasmo por la música, tratando con todos los medios pedagógicos a nuestro alcance, que continúen la experiencia musical más allá del horario escolar. La creación de pequeños coros escolares, la grabación de temas populares de tradición oral, la creación de bancos de sonidos para su posterior utilización en la creación de bandas sonoras... harán que nuestros alumnos vivan la música como una experiencia gozosa y no como una asignatura estéril.

El canto diario es muy importante. El placer que se deriva del esfuerzo de conseguir una buena música colectiva proporciona personas disciplinadas y nobles de carácter; su valor, en este aspecto, es incalculable. 

Todos conocemos el poder de unión e integración que tiene el canto, sobre todo el canto colectivo. La disciplina necesaria, la formación musical que conlleva y la responsabilidad que tiene cada cantor permite que la música sea un vehículo de educación cívica y social. La preparación técnica necesaria y la elección del repertorio son, seguramente, los puntos que ofrecen mayor dificultad al maestro de educación musical. Por esto es imprescindible que un profesor de educación musical conozca al menos los rudimentos de fisiología, patología y técnica vocal, ya que sin ellos no podrá enseñar correctamente el canto. No podemos convertirnos en instructores y directores de coro sin conocer las técnicas y la problemática que conlleva.
En la vida de un niño la experiencia musical decisiva aparece entre los seis y los dieciséis años. Durante esta época de crecimiento  es más receptivo y cuando muestra mayor talento.

Todos los pedagogos están de acuerdo con esta afirmación, aunque debemos tener en cuenta que este desarrollo se verá potenciado si se ofrecen actividades lúdicas y material sonoro a los alumnos de Educación Infantil. En Hungría, en las escuelas infantiles especializadas con el método Kodály, los niños terminan con un patrimonio vocal de unas cuatrocientas canciones, retahílas, y juegos musicales aprendidos. Es evidente que esto permitirá al maestro de Educación Primaria iniciar su labor docente con un inmenso material sonoro ya preparado. 

Nuestra realidad es muy diferente. Los niños cuando acceden a la Educación Primaria no suelen tener ningún tipo de formación musical. Actualmente, en la mayoría de los casos, al maestro de la especialidad de Educación Infantil se le da una formación mínima de educación musical, totalmente insignificante en relación a la importante labor que debería desarrollar. Con respecto a los maestros de educación Primaria ya hemos reflejado anteriormente que la formación nos parecía bastante escasa, pero es a todas luces insuficiente cuando se encuentran habilitados por algunos cursos de especialización que realiza el MEC en convenio con la Universidad si estos no comienzan a realizarse de una forma totalmente rigurosa. Y por último el profesorado que imparte Música en la Educación Secundaria cuya formación inicial es muy variada (Conservatorio, Musicología...) normalmente carece de una formación pedagógica y didáctica, este profesorado no ha realizado demasiados cursos de formación ya que no los necesitaba para impartir "Historia de la Música", que es a lo que se reducía la Educación Musical en esta etapa. Todavía gran parte de este profesorado es reacio al cambio y sigue con la misma práctica docente mantenida hasta ahora, asumiendo como mucho el bloque de Audiciones y el de Música en el Tiempo, con un tratamiento didáctico que nada tiene que ver con los objetivos. 
Ante la realidad que acabamos de exponer, resultaría pura retórica hablar de resolver el problemas con la coordinación entre los docentes de las diversas etapas de Educación Musical y concienciar a los maestros del trabajo necesario para transformar esta realidad. Actualizarse con cursos de formación de calidad, informarse sobre las nuevas metodologías, participar en congresos, mesas redondas, simposium nacionales e internacionales... debería ser obligación moral de cada uno y no limitarse a la participación en cursos, que tantas veces ofrecen un pésimo nivel pedagógico, simplemente para acumular créditos. 

Para concluir pensamos que sería positivo que, para acceder a la especialidad de Maestro especialista en Educación Musical en las Escuelas Universitarias, se exigiera una formación musical básica y al mismo tiempo que la especialidad contara al menos con cuatros años para la formación de los futuros docentes, ya que la mayoría de ellos cuando finalizan la especialidad tienen la sensación de no haber aprendido lo suficiente para poder ofrecer una educación musical de calidad Si bien es cierto que podemos considerar positivo el haber conseguido crear la inquietud y necesidad de continuar con su formación.


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